sábado, 10 de abril de 2010

SOBRE UNA SECUENCIA DEL FILME EL EXTRAÑO CASO DE RACHEL K

Sobre el extraño caso de Rachel K.
La secuencia del atentado en el Malecón.
J,Pucheux.

Siempre o casi siempre el Cine negro tiene secuencias o escenas de puros disparos, persecuciones, atentados y asesinatos.
Este es el caso de nuestro primer filme de este género, “El extraño caso de Rachel K,”del querido Oscar Valdés y fotografiado por Jorge Haydú.
Del tema o la historia no voy hacer referencia, ya muchos la conocen. Sólo me limitaré aquí a contarles una parte muy simpática que sucedió en este filme.
Me voy a referir a la secuencia del Malecón, frente a la parte trasera del Hotel Nacional. Allí se libró un atentado de coche a coche, como era típico en esa época, el acostumbrado pase de cuenta a uno de los personajes del filme, donde desde otro auto les disparaban con ametralladoras, dejando al carro y al personaje hecho todo un colador.
Al perecer todo se había preparado para la filmación, solo que a esa misma hora, el dueño del carro, un auto del año 1930,(era rentado para la película), exigió que a su coche no le podían hacer ningún daño.
Imagínense lo que esto significaba para el equipo de filmación, realizar todo un tiroteo sin dañar el carro, ni un huequito de bala, ni un arañacito. Nada de pirotécnia, Nada.
Fue ahí donde entramos nosotros a trabajar.
Se les recomendó que filmaran hasta lo que pudieran, ya que las partes de los disparos las haríamos nosotros. Inmediatamente comenzamos a trabajar con Roberto Bravo, su editor, estudiamos todos los Planos que se habían rodado y valoramos qué podíamos hacer para complementar su trabajo en el montaje de toda esta secuencia.
Un filme de este género, sin tiros, no tendría la efectividad necesaria, a parte de que esto había sido muy bien pensado por Julio G Espinosa, Sergio Giral y el propio Oscar en el Guión.
Una vez visto y analizado todas las variantes nos dimos a la tarea de preparar todo lo que íbamos a realizar.
Lo primero que hicimos fue solicitarle a Roberto Larrabure y a Orlando González, quienes estaban a cargo de las ambientaciones y la escenografía, que nos consiguieran unos pedazos de guardafangos, llantas, parabrisas y puertas de cualquier coche más o menos de la época, para poder realizar las filmaciones con los pirotécnicos. Todos los disparos se ejecutaron sobre todas estas partes sueltas de coches viejos.
Después en Truca le agregamos cambios en la Luz, haciéndola parpadear, para dar la idea de los disparos de las ametralladoras. Luego Roberto Bravo, con su experiencia en la edición, logró montarlos de la mejor manera posible. El sonido de los disparos y la música le dieron el acabado final a la Secuencia.
El filme tuvo al final, su clásico tiroteo gansteril.

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