Fue un mal día, pero también fue el comienzo.
J.Pucheux.
Fue un mal día, muy mal día. Pero también fue el comienzo.
Corrían los primeros meses del año 1967, Los estudios de Cubanacán tenían varios Buses que divididos en diferentes turnos llevaban y traían a la sede principal del ICAIC, en el barrio del Vedado, casi en la famosa esquina de 23 y 12, a todos los que allí trabajaban. Un grupo entraba a las 7 y el resto a las 8, nosotros los que trabajábamos en los Laboratorios lo hacíamos en el primer turno.
Ese día, recuerdo que sucedieron cosas muy malas, o extrañas, lo primero fue un amanecer muy oscuro, muy nublado con un ambiente denso, lo segundo, vimos desde el interior del Bus en movimiento, a la altura del entonces Coney Islan Park, por arriba de los techos del balneario
Ángelito, como se le conocía, había sido un excelente técnico de laboratorios mucho antes de entrar al ICAIC, allá por los años anteriores a
Ángel falleció de aquel accidente y de pronto, me quedé solo en
Yo tenía entonces unos recién cumplidos 23 años y sabía también perfectamente, que no había nadie más en Cuba que conociera el equipo, solo Pepín Rodríguez, podía seguir con el proyecto que entonces estábamos realizando Ángelito y yo.
Pepín manejaba
Resultó al final que Pepín no podía asumir los dos equipos, pues en su equipo él también tenía su parte que realizar en el mismo proyecto.
El gran problema era que Ángel, junto a Enrique, Caíta Villalón, la editora y los diseñadores, Rosgard y Raúl Martínez habían realizado todo el Diseño general de los efectos visuales y sobre todo de las Cortinas o Wipers y de todo el armado de diferentes procesos de imágenes que llevaba el filme.
Yo entonces desconocía totalmente cómo se había planeado todo este trabajo, solo conocía la manera tecnológica para hacerlo todo realidad. Pasaron varias semanas hasta que una tarde - sobre las 3- se apareció el mismísimo Alfredo Guevara en el cubículo de trabajo donde estaba
Pepín debía seguir con la otra parte del trabajo, en fin, que me tocaba. Recuerdo que le respondí rápidamente que Sí: “Si puedo” aunque por dentro y aun no lo olvido, estaba temblando de arriba a bajo, solo necesito, “le dije”, estudiar todo lo que Ángel había dejado escrito y dibujado, revisar las copias de trabajo, hablar con la editora, tal vez con el mismo Enrique.
Lo cierto fue que dos semanas después estaba yo terminando el trabajo de Truca de DAVID. Enrique aprobó felizmente los efectos y se pudo terminar el documental.
Así fue también como me quedé en
Nunca hubiera deseado que ocurriera así. Pero a veces la vida te da sorpresas.
wow... justo como la primera historia que nos contó cuando llegamos al salón de clases por primera vez, pude imaginarme cada línea de lo q ustéd aquí nos cuenta!
ResponderEliminary si, completamente deacuerdo que el show debe de continuar...
saludos profe! se le extraña!!
Jeannette Romero