SOBRE EL FESTIVAL DE GIBARA Y OTRA PELEA CUBANA ¿CONTRA LOS DEMONIOS? 20-03-2011 GTM 1 @ 20:27
jagb —Acabo de recibir varios mensajes relacionados con la decisión de las autoridades holguineras de suspender el Festival de Cine Pobre de Gibara, y en particular, el homenaje a Humberto Solás. Confieso que lo he pensado bastante antes de dar mi consideración públicamente en este blog, sobre todo porque podría interpretarse como puro resentimiento nacido a raíz de los sucedido (o mejor dicho, no sucedido) con el 18 Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica, que debió celebrarse del 15 al 18 de marzo.
Nada de lo que está pasando me asombra ni sorprende. Esto que nos parece absurdo forma parte del folklor burocrático, sobre todo porque se ha legitimado la impunidad de las decisiones. Y fundamentalmente porque quienes deciden tienen a su favor el hecho de que no tendrán que debatir en público el por qué de sus decisiones. Pongo el ejemplo que más cerca tengo a mano: diecisiete ediciones del Taller de la Crítica Cinematográfica, alguien (sin consultar con los de la provincia) decide que el evento no tiene relevancia, y suprime todo apoyo. Un grupo de personas protesta, expone en público su inconformidad, argumenta su malestar, pero el silencio sigue siendo la regla.
No tengo que decir que entiendo el disgusto que ha provocado la decisión en cuanto al Festival de Gibara. Conocí a Humberto Solás. Lo admiré y sigo admirando como cineasta, pero sobre todo como intelectual capaz de revolucionar nuestras maneras de pensar la realidad. Porque la pelea nunca será contra la realidad, que siempre “será”, a despecho de quienes intentan congelarla, de eternizarla según sus particulares puntos de vista, sino contra quienes se oponen a asumirla como algo dinámico y todo el tiempo renovador. Esa era la pelea contra los demonios a los que se refería primero Ortiz, y luego Titón.
La creación del Festival de Gibara (con sus razones más éticas que estéticas) sigue siendo para mí una de las obras fundamentales de Humberto Solás. Incluso mucho más que sus películas, porque significó el redescubrimiento de un espacio donde viven, luchan, y sueñan, personas de carne y hueso. No sombras chinescas que pueden verse a distancia en una pantalla.
Lamento el ninguneo que ahora se hace del evento. Como lamento el malestar de quienes este año se perdieron el Taller de la Crítica, sin que nadie se sintiera obligado a explicarles en público por qué.
Juan Antonio García Borrero
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