sábado, 1 de octubre de 2016

UN COMENTARIO SOBRE LA PRODUCCIÓN DE CINE EN CUBA

 Por: Eduardo Valdés Rivero

La producción cinematográfica en Cuba, así como en el resto de los países de Latinoamérica, es relativamente escasa e intermitente, con excepción de Brasil, México y Argentina, debido a las grandes limitaciones de índole económico que, a diferentes escalas, confrontan las naciones de la región; así mismo muchos de esos filmes, que generalmente son propuestas interesantes y de gran valor artístico, usualmente abordan temas de carácter local sin una marcada intensión comercial en función de garantizar altos resultados de taquilla.

Igualmente existe el monopolio de la distribución cinematográfica a nivel universal, básicamente controlado por empresas norteamericanas y en menor grado por empresas europeas, lo que en gran medida dificulta la exhibición de nuestros filmes en las grandes áreas de influencias de esas empresas, a la vez que también esta situación ha contribuido a crear en los espectadores de esos países hábitos de consumo más receptivos a películas de  determinados patrones y características.

A partir del triunfo de la Revolución Cubana en el año 1959 y a los cambios sociales que la misma originó, la cultura nacional recibió un verdadero y decisivo apoyo del Estado, lo que propicio tanto el surgimiento  de nuevas manifestaciones artísticas como el desarrollo y consolidación de otras que ya existían con antelación; siendo el cine una de las más beneficiadas, primeramente con la creación del Instituto Cubano de Arte e Industria cinematográficos (ICAIC), en el mes de marzo de ese mismo año, y posteriormente con la apertura de otras instituciones igualmente destinadas a la producción cinematográfica y audiovisual.

La producción de cine cubano se fue incrementando gradualmente con óptimos  resultados en cuanto a calidad artística, contenido y compromiso social, alcanzando en los años 1970-80 un elevado nivel de desarrollo, por lo que durante dicho período de tiempo fue posible producir una significativa cantidad de películas de largometrajes de ficción, documentales, dibujos animados y noticieros.


Aunque antes del año 1959  ya se producían en Cuba, esporádicamente, filmes de diferentes géneros, con la creación del ICAIC el cine documental adquiere una gran connotación y reconocimiento internacional, por lo que podemos asegurar que a pesar de las múltiples dificultades que siempre se han tenido que afrontar, se llegó  a crear una verdadera “escuela cubana de cine documental,” con rasgos propios que la identificaban a nivel universal. Así mismo se logró un elevado grado de experimentación artística  y desarrollo profesional del personal de realización y técnico (múltiples colegas del ICAIC tuvieron la posibilidad de obtener becas en el extranjero en prestigiosas instituciones docentes dedicadas a la formación de cine).

Nuestra cinematografía se encontraba en franco ascenso hasta que la llegada del llamado “Período Especial,” en el año 1989, incidió negativamente en dicho desarrollo; debido al incremento de las dificultades económicas y la carencia de los medios técnicos y materiales que usualmente se requieren para poder asumir el proceso de producción de cualquier filme, razones por las que desde entonces se comenzaron a emplear estrategias y alternativas que contribuyeron decididamente a evitar un mayor agravamiento de la referida situación y a mantener, en alguna medida, la continuidad del cine nacional; como fue la concertación de co-producciones con diversos países y las prestaciones de servicios a entidades productoras extranjeras que realizaban parte de sus rodajes en locaciones cubanas (alternativas que aún continúan siendo válidas para nuestras entidades productoras de cine y audiovisuales).

Actualmente el mayor problema, al margen de las cuestiones económicas, continúa siendo, tanto para Cuba como para el resto de los países Latinoamericanos, las dificultades inherentes a  la comercialización y distribución de nuestra producción fílmica en los mercados extranjeros; pero existen perspectivas reales para el cine de nuestra región en cuanto a las posibles alternativas y caminos  que se pueden encontrar. Además de las co-producciones con otros países, están los diferentes festivales y ferias internacionales de cine, donde  acuden productores y distribuidores independientes con el propósito de adquirir nuestras producciones; como es el caso del Festival de Cine Latinoamericano de la Habana que se viene realizando en Cuba desde hace varias décadas.

Igualmente en los últimos años se ha venido incrementando un determinado interés  de los espectadores de diversas latitudes por el disfrute de  filmes procedentes de nuestra región. Así mismo se han generalizado las producciones de cine independiente en soporte digital, con una significativa democratización de los medios técnicos  y costos de realización más accesibles, lo que ha originado una mayor producción audiovisual y la apertura de múltiples salas de cine digital donde nuestras producciones pueden tener mayor acceso a un público que las consuma (al margen de la posibilidad que brinda la adquisición de dichos filmes en formatos de disco DVD).

Se hace necesario crear las condiciones para que los productores y realizadores de Cuba y el resto de los países Latinoamericanos puedan participar con mayor frecuencia en los diferentes  festivales y ferias internacionales de cine, donde sus filmes se den a conocer a productores y distribuidores independientes, así como intercambiar ideas e inquietudes con otros colegas de la región con problemas comunes.

NOTA:
El autor del presente artículo es fundador del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, entidad en la que laboro como Productor de cine. Ha impartido múltiples cursos, talleres, seminarios y conferencias especializadas en varias instituciones culturales y docentes, cubanas y extranjeras, y es autor de diversos artículos sobre producción y realización escénica y cinematográfica. Actualmente labora como Guionista y Director Artístico de eventos y espectáculos escénicos-musicales en la Agencia Artística CARICATOS, del Consejo Nacional de las Artes Escenicas, y es Asesor Cinematográfico en la Empresa Productora de Audiovisuales e Informática del Ministerio de Educación (CINESOFT). 

jueves, 23 de junio de 2016

NADA QUE VER CON EL CINE, PERO COMO ESTÁ EL MUNDO......VAYA ESTA  PEQUEÑA REFLEXIÓN.
Hace ya unos 40 años Europa, demostró al Mundo la importancia de la Razón, la Inteligencia cuando decidieron crear la UNIÓN EUROPEA, Obviamente tantos pensadores, filósofos, escritores desde la antigua Grecia, el Renacimiento, la Ilustración,, en fin tanta cultura acumulada que permitió generar esta unión, Un territorio donde lenguas diferentes a veces en espacios y territorios tan diferentes, unos al lado de otro y que no pueden entenderse; el francés no entiende el español, el español y el francés no entienden el alemán, el alemán al polaco, el polaco al danés, el danés al sueco, el sueco al ruso, el rumano al italiano, el italiano al croácio, al eslavo al griego, al búlgaro, el inglés al holandés, en fin, no se entienden, pero sin embargo se unieron, evidentemente fue un logro no solo para ese continente sino para toda la humanidad.
Y ahora, en este momento tan difícil ,producto de las amenazas extremistas, de las grandes migraciones entre otras situaciones, Inglaterra cree que es el momento de salirse de la Unión, argumentos ? siempre hay y habrán muchos, los bolsillos, el capital, la homofobia, ideologías, la geopolítica, en fin, son muchos posiblemente, lo que si creo es que quizás no sea el momento.
Y me pregunto, y la inteligencia,qué ?
Nuestro continente latinoamericano, donde tenemos hasta una historia común, donde nos entendemos desde el río Bravo hasta la Patagonia , gracias a nuestra lengua común, donde tantos pensadores, y héroes independentistas "inteligentemente" siempre abogaron por una unión de todos , nunca hemos podido ni siquiera pensar en esa posibilidad, la cual casi seguramente nos haría mAs fuerte ante el Mundo y el mismísimo Norte Y EL ORATE DE TRUMP.
Europa pudo.
"INTELIGENCIA" ?... Y CON TODOS ESTOS EVENTOS ME VUELVO A PREGUNTAR, Y LO HAGO PENSANDO EN MIS HIJOS, MIS NIETOS, MIS ALUMNOS, NUESTROS JÓVENES TODOS, A DÓNDE NOS QUIEREN LLEVAR, CUÁLES y CÓMO SERÁN SUS FUTUROS ?
Yo, yo, voy de salida , pero ellos ?

miércoles, 9 de marzo de 2016

ARTÍCULO DE JUAN ANTONIO BORRERO SOBRE IVÁN NÁPOLES, PREMIO NACIONAL DE CINE 2016 EN CUBA.
.Me ha dado muchísimo gusto escribir este artículo sobre Iván Nápoles para el sitio Progreso Semanal. La entrega que le hacen del Premio Nacional de Cine es merecidísima, y sería una excelente oportunidad para reestrenar a lo largo y ancho de Cuba el documental de Isabel Santos Viaje al país que ya no existe. Poco a poco la historia fangosa del cine cubano (esa que contrasta con la historia de neón, o sea, la historia representada generalmente por directores y actores alabados en festivales donde se estrenan las cintas) comienza a ganar naturalidad entre nosotros.
JAGB
EL HOMBRE DE LA CÁMARA.
Premio Nacional de Cine 2016.
Juan Antonio García Borrero • 5 de marzo, 2016
Hasta hace poco, la lectura canónica del cine cubano depositaba casi toda la responsabilidad de la creación en el director. Así, Titón, García-Espinosa, Santiago Álvarez, Solás, entre otros, serían los demiurgos que iluminaron con sus ideas a quienes trabajaron en función de sus indicaciones. Esta manera trasnochada de ver el proceso creador apenas reparaba en las contribuciones de aquellos que, encargándose de lo que otras veces he llamado “oficios invisibles”, posibilitaban el sentido último de lo que el espectador vería finalmente en pantalla.
Por eso la entrega del Premio Nacional de Cine al director de fotografía Iván Nápoles (La Habana, 9 de noviembre de 1933) viene a ser otro capítulo importante de esa nueva Historia del cine cubano que ya se viene escribiendo, donde el reconocimiento a la labor de estos artistas que casi siempre trabajaron a las órdenes de nuestros grandes “autores”, implica una relectura radical de lo que ha sido el proceso creativo del audiovisual en Cuba.
En esta nueva lectura, si se quisiera entender la esencia de un fenómeno como lo fue el Noticiero ICAIC, no se podría explicar a partir de la figura única de Santiago Álvarez, por genial que fuera (y lo fue) su liderazgo, en tanto, como resaltaría el propio Santiago:
“Para todo este trabajo, fue muy importante la labor desempeñada por camarógrafos, sonidistas, editores, mesa de animación, todos excelentes profesionales: Iván Nápoles, Dervis Pastor Espinosa, Raúl Pérez Ureta, Arturo Agramonte, Julio Simoneau, Jerónimo Labrada, Jorge Pucheux, Pepín Rodríguez, Tuto, Rosalía, Miriam Talavera, Norma Torrado, Idalberto Gálvez, Gloria Argüelles, Julia Yip, en fin todos aquellos sin los cuales la labor del noticiero habría sido imposible”.
En el blog Cine cubano, la pupila insomne ya se han mencionado varios ejemplos de esas contribuciones pasadas por alto por la crítica tradicional: recuérdese la secuencia del Sergio de Memorias del subdesarrollo desintegrándose en la pantalla, gracias a la pericia de Jorge Pucheux en la truca, o las fotos quemadas del linchamiento del negro en Now, exclusividad del ingenio de Pepín Rodríguez.
En el caso de Iván Nápoles, supongo que la persona encargada de hacer el elogio en la ceremonia de entrega del premio, no podrá evitar hablar de su paso por el Noticiero ICAIC. Aunque increíblemente su voz falta en ese libro esencial sobre el tema que es “El Noticiero ICAIC y sus voces”, de la investigadora Mayra Álvarez Díaz, su nombre, sin embargo, es probablemente tan citado como el de Santiago Álvarez, y ello nos puede dar la medida de la influencia ejercida sobre sus compañeros.
Lo curioso es que Iván Nápoles no llegó al Noticiero como responsable de una cámara. Julio Simoneau lo evoca en sus inicios del siguiente modo:
“Iván Nápoles era el luminotécnico de Cine-Revista, y entra con nosotros como luminotécnico del Noticiero ICAIC. Tuvimos que convencerlo de que cogiera la cámara, porque él insistía en que era luminotécnico, y uno le decía: «Oye, coge la cámara, que hay otros compañeros que vienen detrás, que van a filmar, y tú tienes experiencia». Es así como Iván empieza: «Bueno, déjame ver», decía; porque Iván es una persona muy simpática, pero tiene sus características; después demostró que era muy buen camarógrafo. En el ICAIC, era la mano derecha de Santiago Álvarez; pero en un principio fue como te digo; o sea, entra como luminotécnico y unos meses después aprende con nosotros la cámara y empieza a filmar”.
Si siguiéramos con los enfoques tradicionales, pensaríamos que con Iván Nápoles estamos en presencia de otro ejemplo de genio creador que nace con un don divino. Sin embargo, como ha quedado demostrado, el talento y la creatividad se cultivan en el tiempo, y tiene mucho que ver con la capacidad que ostentan los individuos para aprender de los otros. Dicho de otra manera, esa maestría para retratar en el momento justo, apelando a la improvisación (que sería la marca de identidad en el estilo de Nápoles) se apoya en un aprendizaje consciente de lo que el cine como lenguaje y arte ha aportado previamente, según puede deducirse de esta confesión de Pepe Riera, otro gran director de fotografía del cine cubano:
“De los camarógrafos del ICAIC, en los primeros puestos está un personaje como Iván Nápoles, con una gran historia y filmografía dentro del Noticiero. A veces no medimos qué es él para el cine. Considero que, entre todos los camarógrafos, es el que más películas veía. En el ciclo de cine español, o la semana de la cinematografía italiana, Iván Nápoles era de las personas que siempre estaban en los primeros puestos, y también cuando se hacían los cine-debates”.
Porque no se trata solamente de tener una cámara en la mano. Si falta la sensibilidad del ojo, el cual obligatoriamente tiene que ser educado, mucho más en una época como la nuestra, tan saturada de imágenes de todo tipo, sencillamente se filmará para el olvido. Supongo que en algo de esto estaba pensando Daniel Díaz Torres cuando afirmara: “De aquí a treinta años van a existir muchas dificultades para encontrar buenas imágenes como las que filmaban Iván Nápoles, Raúl Pérez Ureta, y otros camarógrafos, en las que había un reflejo de realidad, pero con una sensibilidad artística”.
No ha sido el noticiero, desde luego, el único terreno donde Nápoles ha demostrado su maestría, y allí nos quedan esas obras documentales filmadas en Viet Nam bajo las órdenes de Santiago Álvarez, con los títulos de Hanoi, Martes 13 (1967), 79 Primaveras (1967) y Abril de Viet Nam en el año del gato (1975). Por fortuna, con Viaje al país que ya no existe (2014), Isabel Santos se encargó de registrar para la memoria histórica el reencuentro del artista con la ciudad que con tanto dolor retratara a finales de los sesenta.
Termino este breve homenaje con una anécdota de ese excelente profesor de cine e inmejorable narrador oral que es Mario Piedra, hablando de sus experiencias con Iván Nápoles, cuando fungía como redactor de notas del Noticiero ICAIC. Es una anécdota hermosa que nos revela las sutilezas que acompañan al acto creativo cuando está presente la complicidad intelectual. Dice Mario Piedra:
“Voy a filmar con Iván Nápoles a la Habana Vieja. Yo lo «dirigía», porque necesitábamos fragmentos de la arquitectura del siglo XVIII y XIX, así que me era útil ser graduado de Historia del Arte. De pronto, Iván giró la cámara 180 grados y empezó a filmar. Yo miré en esa dirección y, francamente, no vi nada. Después, en la moviola, vi los rushes. Bueno, «mis» planos estaban bien, pero en el plano de Iván estaba la Habana Vieja entera, con todo su espíritu. Ese es el talento”.
Nota: Todas las citas han sido extraídas del libro “El Noticiero ICAIC y sus voces”, de Mayra Álvarez Díaz. Ediciones La Memoria. Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2012.
Progreso Semanal/ Weekly autoriza la reproducción total o parcial de los artículos de nuestros periodistas siempre y cuando se identifique la fuente y el autor.

jueves, 17 de diciembre de 2015

SOBRE EL DOCUMENTAL DE LARGOMETRAJE DE JORGE DALTON
"EN UN RICÓN DEL ALMA"

El día de hoy y con tremendo dolor en el alma pero con mucha satisfacción y alegría a la vez, hemos dado por concluida mi última película documental de largometraje de 93 minutos titulada: “EN UN RINCON DEL ALMA”, que tiene de protagonistas a Cuba y al destacado novelista, guionista y periodista cubano Eliseo Alberto Diego García Marrúz (LICHI). Siento que con esta película mi hermano  LICHI DIEGO seguirá vivo mucho tiempo más. Este trabajo lo he dedicado a mi padre y a la nación cubana, a la patria que me vio crecer, a todos los cubanos vivan donde vivan y piensen lo que piensen.
Estoy muy agradecido con el equipo salvadoreño y cubano que me acompañó en construir estos 93 minutos que ya algunos catalogan de hermosos. Será sin dudas una nueva  película para la naciente cinematografía salvadoreña y una nueva película  para Cuba. Es mi mejor regalo para esas dos patrias que tengo yo. Será algo importante para todos los que hemos trabajado en ella y aspiro que lo sea también para los espectadores, que pueda abrir un debate sobre el pasado, presente y futuro de Cuba. No ha sido fácil proponerse un trabajo a partir de la emoción y no de la pasión y como bien decía LICHI DIEGO:“La razón dicta; la pasión ciega. Solo la emoción conmueve. Porque la emoción es  a fin de cuentas, la única razón de la pasión”.
El plan de exhibición internacional será a partir de 2016. Quiero darle las gracias en especial a Edson Amaya,  al joven editor y post productor salvadoreño, que ha tenido un roll fundamental en toda esta maravillosa aventura cinematográfica, a mi esposa Susy Caula que es la productora ejecutiva siendo ya el 2do documental que hemos producido juntos. A mi hermanita Hildita Barrio Matamoros en la producción, a Ginle Cubillas que fue mi asistente de cámara, a Sebastián Milo que igual hizo producción en Cuba.
No puedo estar más agradecido con la música que compuso el magnífico guitarrista salvadoreño Joel Barraza y muy feliz y agradecido también por el hermoso piano y las bellísimas piezas que nos cedió el gran músico y compositor cubano José María Vitier y además primo del inolvidable LICHI DIEGO. Esta película hubiese sido imposible sin la Familia Diego García Marruz, sin Fefé Diego, sin Silvia Rodríguez Rivero, Marie Alvarodíaz, María del Carmen Alvarodíaz,  mis sobrinos Ismaelito Diego, María José Diego, María Fernanda Mendoza Alvarodíaz , sin mi mamá Aída Cañas,  Cuty Ragazzone, Juan Pin Vilar, Carlos Varela, María Julia Grillo y la EICTV en Cuba, sin el  aporte del fotógrafo cubano Iván Cañas, el Dr. Luis Hernández Abreu en Miami, sin Pancho Céspedes en México, sin el cariño y el apoyo en El Salvador de: Dagoberto Vega, Mauro Arévalos, David Pinto, sin Renán Pereira, Esteban Rodas, David Gallardo, Julio López, Andre Guttfreund, mi perrito Edú y por último  Tere Cornejo, diseñadora grafica salvadoreña quien diseñó este bello poster con la foto del cubano Ernesto Fernández.
 
Jorge Dalton
herido_desombras@yahoo.es

miércoles, 9 de diciembre de 2015

PALABRAS DE SENEL PAZ EN LA PRESENTACIÓN DEL NÚMERO 17 DE LA REVISTA NUEVO CINE LATINOAMERICANO

Estimados cineastas:
Los llamo así porque es nuestro lado de cineastas lo que nos reúne en esta sala, hagamos o no películas.
Siempre que me ha tocado presentar una revista del cine cubano la leo con atención de la primera a la última página, solo en esas ocasiones. Lo he hecho ahora y puedo confirmar para ustedes que estamos ante una revista… de peso.
Debo confesar también que no más abrirla tuve la sensación de que se me parecía a algo, pero no pude determinar a qué, así que seguí de largo sin detenerme en problemas de originalidad.
No me gusta, en una presentación, ponerme a pasear por el índice o a interpretar a cada autor. Es algo que hará cada uno de ustedes. El propio equipo de redacción se encarga, en la portada, de llamarnos la atención sobrelos tema que considera más relevantes: el dossier sobre las mujeres cineastas y el de las series televisivas; las entrevistas; las clases magistrales de ilustres visitantes y los 30 años de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
De todo ese menú voy a referirme solo a algunos platos que me gustaron particularmente. Del dossier sobre las mujeres realizadoras, que aborda el trabajo de ellas desde varios ángulos –la producción, la realización, los contenidos y las poéticas–, elijo el artículo “Tabú, intimidad y pudor: el cine realizado por mujeres”, de Jorge Ruffinelli. Ruffinelli es, en el mundo de las publicaciones del cine latinoamericano, lo más cercano que tenemos a Dios: está en todas partes. Pero Dios lo tiene fácil, le basta con soplar. A Ruffinellino: él se lo pasa investigando, estudiando y pensando sobre los más diversos asuntos y luego tiene la bondad de compartir con nosotros el fruto de ese trabajo tremendo, agudo, amoroso e inagotable. Sobre este artículo les digo algo muy sencillo: no se lo pierdan.
Soy de los que lee las revistas saltando de un lado para otro, al estilo conejo (canguro que diría Mel Gibson por ser australiano), y de aquí me voy al artículo “Internet y el fin de la televisión de masas”, adonde llegué atraído por la fama de su autor, Ignacio Ramonet, francés nacido en España o al revés.
Excepto las fotos del propio Ramonet, todo es interesante en el artículo. Este señor, como ya sabemos, no se cansa de decirnos cosas inteligentes y de inquietarnos. Escribe: “Hay un cambio que se está produciendo en la relación con los contenidos audioavisuales, con los programas de la televisión. Todos los estudios, las encuentas que se han hecho últimamente sobre las nuevas prácticas del uso de la televisión… indican que estamos asistiendo a un cambio muy rápido en el consumo, lo que podríamos llamar el consumo lineal de la televisión, el hecho de que veamos un programa. ¿A qué llamamos consumo lineal? Es cuando veo la televisión en el momento en que se difunde el programa. Si estoy frente al televisor cuando se está difundiendo un programa, eso es un consumo lineal; estoy sincrónico con la televisión, con el canal de televisión. Pero eso que parece una obviedad está siendo cada vez menos frecuente…” Y a partir de ahí el hombre toma impulso y nos pone a pensar en cosas que tenemos delante y en las que no hemos reparado.
Encontrarán ustedes este texto entre las páginas 42 y 49, casi el centro de la entrega, punto donde me volvió la maldita sensación de que la revista se me parecía a algo, alguna cosa.
No menos atractivo es el texto de Diego Lerman sobre “Las series como una posibilidad de experimentar”. El autor sabe de lo que habla y lo hace en estilo anticremático, es decir, sin esparadrapos en la boca.
De este título, confundido por la vanidad, pasé a la propuesta de Dan Halsted titulada: “Los mejores escritores dan los mejores trabajos”. Pensé que se hablaría de mí; pero no, el autor se extiende sobre temas en los que es experto y acumula una profunda vivencia, y lo hace al calor y la pasión del diálogo que propició, aquí en La Habana y en este mismo hotel, el seminario La serie televisiva actual y el impacto de su estética y sus dinámicas en la producción audiovisual contemporáneas, organizado por este Festival en su edición pasada.
En esta línea de interés, especialización e intercambio con el público, están lastres conferencias magistrales, material igualmente propiciado por las actividades colaterales del Festival que la revista tiene el tino de compartir con todos a través de este número y convertirlo así en referencia que podemos visitar a gusto. Estas clases estuvieron entre lo mejor que ocurrió el año pasado, por lo que el concepto de “actividades colaterales” va a tener que ser revisado.
Como me prometí no caer en la pedantería de comentar la revista título por título, y dejando a un lado la sensación de que el número me recordaba cada a otra cosa, paso a una última recomendación: La entrevista a Iván Giroud realizada por Antonio Enrique González, periodista de la publicación digital cubana La Jiribila. Pero antes de referirme a ella, la entrevista, y a él, Iván, tengo que hacer mención a otro asunto primordial que apenas aparece en el índice pero que está presente en todo el número.
Una publicación no es, no se reduce, a su contenido. Si no hay diseño, si no hay trabajo de edición, entendido como pensamiento y el cuidado de cada página en su esencia y su forma, la revista no tendrá el cuerpo, la efectividad, el peso que tiene esta y no irá a la maleta de ustedes el día de la partida sino al cesto de la basura de la habitación del hotel. El diseño gráfico está a cargo de 10K, y ustedes harán algo bueno por sí mismo su recorren la revista apreciando su presentación, tan bella como inteligente.
La jefa de redacción es Xenia Reloba, y como director aparece Iván Giroud, a quien seguro debemos la mirada de águila sobre el conjunto, en tanto que las tareas gordas habrán recaído sobre la editora, como ocurre casi siempre. En todo caso, entre los méritos más importante y maravilloso de ambos está el que tengamos la revista en la mano, a tiempo, en el día y la hora señalado. Esta es, posiblemente, la parte más difícil de una publicación cubana, y para conseguirlo el equipo tiene que emplear todo tipo de efectos especiales.
El diseño incluye, incluso, una muestra de aquello que antes llamábamos ”mensaje subliminal”, y que hace unos años era el no va más en las teorías comunicacionales. El concepto existe desde hace mucho, de cuando Ramonet era chiquito y todavía no hablaba francés. Encontramos este mensaje en el reverso de la portada, donde se ubica lo que parece un inocente anuncio del ron Havana Club con el que los editores nos están diciendo, subliminalmente,que aceptamos los tragos que ustedes les quieran obsequiar por el buen trabajo realizado.
Volvamos a la entrevista de Don Iván, bautizado así desde su discurso de anoche en la inauguración del Festival. En esas páginas se aprecia, no porque él lo diga sino porque está en la esencia de su saber y su reflexión, que el director de nuestro Festival no ha acompañado por gusto y durante tantos años a los cineastas de este país y a muchas de sus figuras fundadoras, sino que se ha alimentado con lucidez de esa experiencia y la ha ello suya. Podemos afirmar con cariño porque este no lo podríamos evitar, pero con toda responsabilidad, que en Iván Giroud está, como en pocos de nosotros, la fuerza pero también el espíritu de nuestra cinematografía.
Y con su entrevista comprendí finalmente a qué se me parecía la revista: al Festival, y con él a nosotros, los cineastas cubanos. El Festival la recorre página por página con la misma seriedad, entusiasmo y gozo que está en los cines; con la misma sensibilidad, inteligencia e imaginación de todo el programa. Esta revista es, como cualquier película, guion o cartel hecho en esta isla o por gente nacida en ella, cine cubano, para hoy y para siempre, de nosotros para ustedes.Gracias por ello, equipo de Nuevo Cine latinoamericano, No. 17.
Muchas gracias

DE GONZÁLEZ ROJAS A GARCÍA BORRERO

Bueno, Juany, verdad de Perogrullo resulta hablar de los granes apiñamientos de público durante el Festival de Cine para alcanzar a ver una cinta cubana de largo metraje, casi siempre de estreno, pues el evento resulta la verdadera plataforma de presentación de nuestras ficciones. Ni la credencial me exoneró de las turbamultas que desbordaron las salas de 23 y 12 y La Rampa, para ver las óperas primas Bailando con Margot (Arturo Santana) y Espejuelos Oscuros (Jessica Rodríguez).
Y es que bajo este ya acostumbrado estado de cosas se divisa un sorprendente comprometimiento del cubano con su fílmica, algo casi único en el mundo, donde las producciones nacionales sucumben ante las taquillas propuestas foráneas, relegados a una constante alternatividad.
Sin embargo, con exiguo marketing, más allá de las informaciones de rigor en los medios y la programación que ofrece el diario del Festival, las obras cubanas casi siempre ganan premios de la popularidad o son muy fuertes contrincantes, y gozan de la mayor afluencia, amén de las calidades, que son harina de otro costal. Cuánto puede decir algo tan “sencillo” como esto del arraigo cultural, el sentido de la  identidad y tantos otros argumentos que se esgrimen maniqueamente a la hora de levantar trincheras y condenar la afluencia de las propuestas culturales del mundo y los consumos de los públicos cubanos.
Estas “colas”, que no son para el pan, ni el champú, que no son concentraciones orquestadas, hablan muy alto a favor de un espíritu nacional sólido, de las reales ansias del cubano de dialogar con las representaciones que de Cuba urden otros cubanos, de ver cómo funciona y divertirse, de celebrar, a veces muy forzadamente y hasta la verdadera exageración (casi desesperada) de buscar la risa, el chiste, la causa del disfrute y la celebración de lo nacional, a fin de cuentas. Un gran abrazo y seguimos festivaleando…
Antonio Enrique González Rojas

jueves, 3 de diciembre de 2015

Los cineastas se movilizan contra la censura

Juan Carlos Cremata durante la reunión del G20 el pasado sábado con una camiseta en la que pone "censurado". (Luz Escobar/14ymedio)Juan Carlos Cremata durante la reunión del G20 el pasado sábado con una camiseta en la que pone "censurado" y con la boca tapada con cinta adhesiva. (Luz Escobar/14ymedio)
El grupo de cineastas G-20 votó de manera unánime, en una reunión celebrada el sábado, a favor de apoyar al cineasta y dramaturgo Juan Carlos Cremata mediante la redacción de una carta que denuncie la censura de su obra y la campaña de difamación en su contra.
La reunión tuvo su momento más tenso cuando un funcionario del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC) intentó sacar del local Fresa y Chocolate al activista Eliécer Ávila, que había acudido a la convocatoria pública.
Casi al final de la jornada, justo antes de proceder a la votación, el director del ICAIC, Roberto Smith, y otro funcionario del instituto, Ramón Samada, intentaron expulsar al líder de Somos+alegando que se trataba de un "contrarrevolucionario". Varios cineastas argumentaron que la reunión era "abierta al público" a lo que Samada respondió: "Sí, pero no para los contrarrevolucionarios".
El crítico Enrique Colina, que participó en el acto como panelista con la lectura de su textoSobre la censura y sus demonios, zanjó el incidente diciendo que no es facultad de nadie expulsar a uno de los presentes, "mucho menos ahora", argumentando que estaban creando un problema distinto al que se estaba discutiendo.
Roberto Smith y Ramón Samada intentaron expulsar al líder de Somos+ alegando que se trataba de un "contrarrevolucionario"
Smith, precisamente, había dado lectura a unas cuartillas antes de comenzar la intervención de los ponentes en las que conminaba a "continuar defendiendo al ICAIC como un espacio para el debate de las ideas más complejas, abierto a la pluralidad de criterios". El director del ICAIC reconocía ahí mismo que a pesar de que todos los presentes "viven una misma realidad, los puntos de vista pueden ser diferentes, contradictorios o antagónicos".
La discusión estuvo moderada por Ernesto Daranas, director de la premiada película Conducta, y por el narrador, ensayista y guionista Arturo Arango. Después de ellos, intervinieron los tres panelistas invitados. Colina leyó su texto y Arango el artículo Fenomenología de la autocensura en Cuba, del segundo ponente, Juan Antonio García Borrero, que no pudo llegar desde Camagüey. El tercero de ellos fue el periodista Dean Luis Reyes, conductor del programa televisivo Secuencia.
Uno de los temas tratados fue la crisis que sufre el género documental en Cuba. Dean Luis Reyes destacó El tren de la línea norte, que "aspira a revelar la crisis de los pueblos cubanos" y cuyo rodaje "fue afectado por la intervención policial y de la Seguridad del Estado". A pesar, explicó, de que trabajaban con "los permisos necesarios, los realizadores debieron sufrir acoso, incluso, amenazas".
El cineasta Jorge Luis Sánchez rememoró el ICAIC "que ya no existe" y habló de la presencia en los medios de un "obcecado triunfalismo" y "la persistente miopía de cargar sobre las personas las ineficiencias del sistema". Sánchez lanzó un llamado a "no escandalizarse más por la obra artística, sino por el diseño disparatado de la realidad" y comentó la difícil y compleja "realidad de un país donde para vivir hay que acudir a la ilegalidad porque la institucionalidad casi nunca funciona bien".
Por su parte, el crítico y profesor Gustavo Arcos fue directo al grano: "Si tenemos películas censuradas y si en esa censura participa el ICAIC, hay que empezar a definir", apuntó. Arcos entiende que es un sinsentido tener discusiones "sin tener delante a las personas que tienen que ver con este asunto" y resaltó la importancia de tener una contraparte para que el diálogo no quede estancado.
Arcos pidió que las autoridades expliquen por qué consideran que el cine que censuran está "contra la Revolución". Después de admitir que "todos hemos estado demasiado pacientes, esperando", propuso pasar a implementar un "plan B de acciones fuertes".
La cineasta Belkis Vega contó su largo peregrinar para toparse con quien había censurado un trabajo suyo sobre la ayuda militar a Angola. Denunció el silencio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de cómo fueron manipuladas las asambleas de cine en el último congreso al crearse una "comisión de candidatura" que censuró nombres aprobados por las asambleas e impuso otros que nadie había propuesto.
Belkis Vega confesó sentirse asustada ante la campaña difamatoria contra Cremata y llamó la atención sobre quienes le atacan en foros que manejan datos que "solo puede tener la Seguridad del Estado"
Vega confesó sentirse asustada ante la campaña difamatoria contra Cremata y de lo que parece una "cacería de brujas". Además, llamó la atención sobre quienes le atacan en foros y a través de artículos bajo pseudónimo y que manejan datos que "solo puede tener la Seguridad del Estado".
El dramaturgo Norge Espinosa tomó la palabra por su "cercanía con el tema de Cremata" y por todo lo que este caso "ha ido desatando en el resto del teatro cubano". Espinosa recordó la "guerrita de los e-mails" en 2007, que propició un ciclo de encuentros, pero no salió nada en la prensa sobre las reuniones de los intelectuales.
Asimismo, denunció que lo ocurrido con el director de Nada, quien este sábado llevaba una camiseta con la palabra censurado, ha "estremecido a la escena cubana en las últimas semanas". Espinosa lamentó que esto no haya supuesto "ningún respaldo" en el "movimiento teatral, que está representado por la UNEAC y el Consejo de las Artes Escénicas", pero aseguró que este caso crea un "precedente" y manifestó su alegría de que "los cineastas cubanos se estén reuniendo de la manera que la gente del teatro no ha sabido hacerlo".
Colina retomó la palabra para insistir que en el caso de Cremata había que hacer "algo concreto, una declaración de que protestamos" como grupo y "lanzarla a los medios", porque "Cremata somos todos nosotros".
La carta en apoyo acordada se hará pública en el blog de Juan Antonio García Borrero y en lapágina de Facebook de Cineastas Cubanos.