MIS OSCARES:
Hoy 27 de febrero, a pocas horas de las entregas de los PREMIOS OSCAR de la Academia, me viene a la mente el gran amigo Rafael Andreu, fallecido recientemente en la ciudad de Miami, pues cada noche de finales de febrero, cuando se celebraba en Los Angeles este evento, solíamos festejar en el jardín de su casa, organizado por él y su esposa Mónica, nuestro pequeño OSCAR.
Allí nos reuníamos todos o casi todos sus amigos, amigos de entonces y amigos de siempre. Frente a una gran pantalla del más grande de sus TV, cenábamos, tomábamos, platicábamos, se cantaba, se discutía, era siempre una verdadera velada cultural, algunos no creían en el Oscar, otros grandes defensores de la estatuilla y su significado, Rafael resultó ser siempre un excelente anfitrión en unión de Mónica.
Por su patio, cada año, desfilaron la gente de la vieja guardia, y los que se fueron sumando al grupo: Era justificación y motivo para nosotros los cinéfilos que disfrutábamos a plenitud la noche. Ante cada premio brindábamos y nos divertíamos.
Con la partida de Rafa y Mónica hacia Miami, los que quedamos en México nos alejamos de este encuentro sin par. Algunos tomamos otros derroteros y el grupo se dispersó. Y la vida siguió su curso, sin que nuevamente los Oscar fueran motivo de recuento y análisis.
Hoy, durante la entrega de los OSCAR, brindaré otra vez, pero esta será una ocasión especial: Levantaré mi copa hacia el cielo en gesto de especial saludo y cariño por nuestro querido Rafa, amante por siempre del cine y un gran luchador¡¡
Brindo¡¡
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