Algunas pequeñas reflexiones sobre el cine documental en Cuba y otros lugares.
J. Pucheux.
Hace tiempo que vengo pensando en escribir algunas reflexiones sobre el documental en Cuba, basadas en mi propia experiencia. Primero que todo, debo comenzar por decir que este género ha sido para mi la mejor escuela que he tenido, que todo lo aprendido durante casi 50 años se lo he debido a los retos que tuve que enfrentar en cada Obra en la que trabajé y dejé mi modesta huella. A partir de esta idea es que voy a escribir sobre algunos temas que considero importante tenerlos en cuenta.
No se si por las características mismas del género, (guiones más flexibles, a veces ni siquiera guiones o bloqueos, la realidad delante de tus ojos, la vida como es…etc), el documental es mucho más propositivo en cuanto al uso del lenguaje cinematográfico.
En el siempre encontré mucho más fascinante las propuestas creativas con que trabajábamos cada día, en temáticas tan diferentas unas de otras, en historias reales y a la vez mágicas, que me permitieron sentirme realmente un participante activo de la misma realización, aun no siendo el director.
Esto, creo que siempre lo supieron mis antiguos compañeros directores. Lo cierto es, que el documental te deja espacios muy anchos y abiertos para la creación, en él puedes hacer cosas, puedes hasta buscar nuevos caminos en la manipulación visual, puedes modificar paradigmas ya establecidos y hasta cuestionarlos con nuevas y audaces propuestas.
En mi caso, no se si por la confianza que en mi tenían los realizadores, siempre me permitieron trabajar
Creo que fueron los sesenta, los años en que, gracias quizás a los acontecimientos que se vivían cada día, comenzamos a romper con estos criterios; las cosas que pasaban a diario, la vida misma de aquellos años, lo cotidianidad tan irreverente, nos dieron las armas para lanzarnos a una aventura, (yo le llamo así, de hecho lo fue), que implicaba un total cambio en cuanto al modo de usar los efectos visuales conocidos y por ende la manipulación de la imagen.
Recordemos: Las cámaras lentas eran usadas en los noticieros y documentales deportivos, los cambios en las direcciones de los movimientos, (hacia atrás, hacia delante), eran usados en materiales de carácter científicos, al igual que aquellos grandes acercamientos en los nacimientos de flores y de plantas en cámara lenta. Los congelados de imágenes, también se usaban en los materiales deportivos, para detener una jugada, en fin, que estos eran los usos que se les daban entes de los años sesenta a esta variedad de efectos visuales. Luego a finales de los cincuenta estalla
Todo esto impactó en nuestra generación y para mí en lo particular significó, que había llegado la hora de cambiarlo todo dentro de mi aburrida Truca. El grito fue tal, que creo que llegó hasta los 90.Lo cambiamos todo, modificamos los usos convencionales de la época en cuanto el manejo del lenguaje visual. Pusimos en cámara lenta a las alzadoras de caña soltando las pajas de la caña, a gentes llorando en grandes clouse up, realizados en cámaras lentas, hicimos disolvencias donde nunca nadie las hubiera utilizado, echamos a andar el Zoom óptico de
Siempre pienso que fue lamentable que esto mismo no pasara en la ficción. Quizás las diferentes voluntades de muchos de los directores decidieron no incursionar más en este camino, obviamente hubo excepciones. A estas alturas, aun no me lo explico. Pero lo cierto fue que el documental cubano comenzó a volar alto, y claro está, no solo por nuestro trabajo, aunque la fuerza expresiva que llevaban dentro de si, se lo debieron en gran parte a todo lo anterior.
Acaso hoy día, no están presente de alguna manera, en el Video Clip y otros materiales parecidos, el montaje y el tratamiento de la imagen visual de aquellos tiempos? NOW, LBJ, etc…Pero hoy, qué ha pasado?, dónde está el documental ? solo en festivales, en TV, en programas especiales; lastimosamente se ha perdido mucho desde los 90 hasta hoy.
Siento que poco a poco se va tomado conciencia de lo importante que es este género, de hecho en Cuba se ha iniciado un movimiento nuevo con jóvenes preparados, que de seguro volverán a poner bien alto el Documental cubano. Esto mismo está pasando en México y otros lugares de nuestra América. Cuántos temas e historias se pueden llevar a la pantalla y con bajos presupuestos, aun hoy más que ayer, gracias a las nuevas tecnologías.
Estoy seguro que el documental saldrá a delante, no me cabe la menor duda.
Ojalá no se nos quede solo, como pasa internacionalmente, en los canales de cable y encasillados en una misma y lastimosa estructura narrativa.
Se dibuja en el horizonte un resurgir creativo en el nuevo documental, sin dudas.
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